
Con la crisis del Covid-19 y el cierre de los colegios hasta septiembre, se cerraron también los comedores escolares.
Para [email protected] niñ@s de familias con bajos recursos económicos, este servicio de comedor era la forma en que se garantizaban una comida saludable y equilibrada al día. Para seguir atendiendo a estos niños, y dado que las becas ya estaban aprobadas, cada comunidad ha decidido de qué manera seguir prestando esta ayuda a las familias.
Hasta aquí todo genial.
Los menús de los comedores, están revisados por nutricionista o dietista para garantizar que sean saludables y equilibrados y que cumplan con las raciones recomendadas de los diferentes grupos de alimentos.
El problema viene cuando en la Comunidad de Madrid se decide que lo que queda de curso, el menú que se va a repartir a [email protected] niños es de empresas de comida basura.
En este post de Dietética Sin Patrocinadores se explica de forma clara el tema y la posibles causa de esta decisión. Patrocinios sin escrúpulos desde mi punto de vista.
Esta decisión me parece ofensiva desde muchos ángulos:
- Desinterés absoluto por la salud (presente y futura) de los niños.
- Indiferencia hacia la economía de pequeños productores y pymes.
- Falta total de ética en la toma de decisiones.
Entiendo que a estas altura ya todo el mundo es consciente de que comer a diario comida basura es malo para la salud y «abono» para diferentes enfermedades. Una cosa es de vez en cuando ir con los peques a «guarrear» y otra que sea lo que se les da cada día. Y aunque ahora no lo veamos, una mala salud a largo plazo supondrá más gasto sanitario.
Sobre la indiferencia hacia la economía hablaré algo más en las propuestas que haré al final del post, pero adelanto que tiene que ver con lo que no dejamos de escuchar estos días de que tras la crisis los grandes serán más grandes y, los pequeños (si no desaparecen) más pequeños.
Y, acerca de la falta de ética… si has leído el post de Dietética Sin Patrocinadores que enlacé antes, ya supondrás que este reparto de comida basura tiene pinta de tener detrás patrocinios. Vamos, que aunque no podamos demostrar, huele de lejos que alguien se llena el bolsillo. Pero a parte de esto, una beca de comedor adjudicada por una Administración pública no solo debe servir para que [email protected] niñ@s tengan la oportunidad de comer de manera saludable, sino también para que las familias aprendan lo que es una dieta saludable y equilibrada con la que sus [email protected] van a crecer sanos y felices. Es educación. Repartiendo comida basura, estamos enseñando que no está mal comer eso a diario, que no pasa nada y no hay efectos dañinos.
Y tras esta crítica, ¿qué alternativas se me ocurren?
Hay comunidades que han dado a estas familias bonos para comprar o que incluso les llevan comida saludable a casa. Me parecen buenas soluciones, aunque lo del bono sería ideal si fuera acompañado de educación y recomendaciones.
Otras opciones que se me ocurren serían:
- apoyar a las empresas de catering que tenían concedidos esos servicios, acordando que cocinen el número de menús necesario y estableciendo un lugar de reparto por sector escolar.
- dar un respiro a pequeños productores y cooperativas de consumo acordando con ellos el reparto de cestas de alimentos saludables a estas familias.
- apoyar al sector de la restauración viendo la forma de que, siguiendo unas directrices, hagan la comida para cubrir las becas y las familias puedan recogerlo en un punto.
Realmente creo que, si hay Comunidades que han solucionado el tema de las becas de forma más adecuada, la Comunidad de Madrid, en lugar de anclarse en esa decisión debería valorar otras opciones más convenientes para [email protected] niñ@s y la economía general.