Mucha gente me dice que ya lo hace todo bien, que hace «dieta», que hace ejercicio, pero que sigue sin poder adelgazar.
A parte de lo poco ajustados que son los cálculos con fórmulas para saber nuestro gasto calórico diario, está demostrado que nos movemos menos de lo que nos parece y que comemos más de lo que creemos.
Comemos más y nos movemos menos de lo que pensamos.
¿No te lo crees?
¡Haz la prueba!
Anota todo, ABSOLUTAMENTE TODO, lo que comes y lo que haces en un día… Hasta el tiempo que pasas sentado, conduciendo, trabajando, comiendo… ¡Todo!
Es muy posible que te sorprendas… Y si no es así, me alegro mucho por ti, ya tienes un primer paso ganado.
A grandes rasgos, nuestro gasto calórico se divide en 4 grupos:

En rojo está lo que gasta nuestro cuerpo en reposo. Como vemos ronda el 50%, y podemos aumentarlo, ya que a mayor masa muscular, mayor gasto en reposo.
Viendo esto mejor olvídate de matarte de hambre y hacer solo «cardio»… Contacta con profesionales de la dietética y el deporte y aprende a comer y entrenar fuerza. Será una inversión en salud para toda la vida.
En naranja tenemos lo que gasta el cuerpo al digerir lo que comemos.
Como vemos es casi insignificante. Y no, no varía en función del número de comidas que hagamos. Así que no hace falta estar comiendo cada 2 horas, y mucho menos si esas comidas «extra» van a ser picoteos poco recomendables. Mejor hacer 2-3 grandes comidas saludables y bien planificadas que 6 en las que vayas comiendo «lo que pilles».
En verde está lo que gasta nuestro cuerpo con el ejercicio físico planificado. Es decir, cuando entrenas.
Ya ves que es bastante poco, menos de lo que tendemos a pensar. ¡Pero no por ello debes dejar de hacerlo! El ejercicio físico tiene muchos más beneficios en la salud que el simple hecho de ayudarnos a adelgazar.
Y por último, en azul tenemos el NEAT que es el gasto energético del resto de actividad. Es decir, lo que te mueves.
Ya ves que es un porcentaje bastante importante. Y por desgracia es algo a lo que no solemos prestarle atención. Hay estudios en los que se ha visto que puede suponer una diferencia de hasta 2.000 calorías por día.
¿Y qué podemos hacer para aumentar ese NEAT?
Bien sencillo, ¡muévete!
Para esto las pulseras de actividad pueden ser de ayuda, ya que te avisan cuando llevas demasiado tiempo «en reposo». Pero sobre todo depende de ti, trabaja de pie siempre que puedas, camina, monta en bici, sube escaleras… hay muchas cosas que puedes hacer. Haz un pequeño cambio cada día hasta que se conviertan en costumbre.

En resumen, ponte en manos de profesionales que ajusten tu dieta y tu entrenamiento a tu vida y tus gustos, y haz pequeños cambios en tu día a día que hagan aumentar tu NEAT.
No es un camino rápido, pero sí es un camino eficiente y si consigues convertir esos cambios en hábitos, esa pérdida de peso será duradera.