Último día ya de esta Semana Mundial de la Lactancia Materna y quería dedicar este último post temático a la lactancia artificial, porque no todas las madres pueden o quieren llevar a cabo la lactancia materna y no por ello son peores.
Está demostrado que la lactancia materna tiene muchos beneficios tanto para el bebé como para la madre, e incluso para el planeta, pero no hay que olvidar que cada persona es un mundo y que debemos respetar todas las decisiones.
Me encanta y apoyo todo el movimiento de lactancia materna.
Denunciaré siempre cualquier «maltrato» hacia madres lactantes como pedirles que se tapen, invitarles a irse, comentarios acerca de la edad de destete, etc.
Pero también denunciaré cualquier opinión acerca de las madres que optan, por el motivo que sea, por la lactancia artificial.
En mi opinión, no podemos ponernos en la piel de otra persona ni juzgarle por sus decisiones sin estar en su situación.
Debemos defender que toda madre sea informada de forma fiel a la realidad y apoyada para tomar sus decisiones libremente.
Respetemos si queremos ser respetadas, porque cada madre quiere y busca lo mejor para su hijo.
Y lo principal que necesita un bebé es que su madre esté bien.
Durante estos 7 días he intentado aportar información veraz acerca de la lactancia materna. Promover la leche materna como el mejor alimento para un bebé. Pero, con esta información, es decisión de cada madre optar por ella o por la lactancia artificial en función de su contexto y situación personal.
Si decides alimentar a tu bebé no te sientas juzgada ni dejes que te hagan sentir mal ni inferior. Has hecho lo mejor para ti y tu bebé en tu situación personal.
La leche artificial está elaborada basándose en la composición de la leche materna. No es un fluido vivo y cambiante que se adapta a las necesidades concretas de cada bebé, pero está formulada para cubrir sus necesidades y si necesita algún extra estamos los profesionales sanitarios (pediatras, nutricionistas…) para ayudar a cada familia a que su bebé crezca sano.