
Muchas veces se confunde comer sano con estar a dieta.
Todo el mundo está a dieta, porque una dieta no es más que el patrón alimentario de cada persona.
Comer sano es comer de forma saludable, teniendo en cuenta las consecuencias de cada alimento en nuestra salud global.
Hay gente que dice que no tiene que comer verduras porque no necesita adelgazar. Pero siento deciros que hay personas delgadas que metabólicamente son obesas… y esto significa que frente a una enfermedad o cualquier estresor al que su cuerpo deba enfrentarse, su respuesta va a ser mala. Igual de mala que la de una persona obesa.
Y esto aplica también a los niños.
Que sean niños no quiere decir que tengan que comer mal o que no les vayan a gustar determinados alimentos.
Eduquémosles en valorar los diferentes sabores y en respetarse lo suficiente como para comer pensando en su salud.
Inculquemos unos hábitos que el día de mañana vayan a ayudarles.
Porque las frutas y verduras no son solo alimentos saciables llenos de fibra que ayudan a que adelgacemos.
Tanto las frutas y verduras como el resto de alimentos naturales (no procesados o mínimamente) están llenos de nutrientes que a la larga van a ayudarnos con nuestra salud, van a evitar que tengamos inflamación de bajo grado, que nuestras defensas estén fuertes y preparadas para afrontar lo que sea.
En definitiva, come bien por ti, por tu salud y por tener un futuro lo más saludable posible.
Inculca estos hábitos a todos los miembros de la familia. No lo hagas por un cuerpo determinado ni por motivaciones externas, esas motivaciones desaparecerán y te dejarán con frustración y sin haber aprendido nada.
Come sano hoy para estar sano siempre. O lo más sano posible 😉
Y si de vez en cuando te apetece un capricho poco saludable, dátelo.
No se trata de ser extremistas, se trata de saber lo que nos conviene y hacerlo la mayor parte del tiempo.