Comer tiene que ser un momento de relax y disfrute. No dejes que el ritmo de día a día te arrastre e invada también en ese momento.
Muchas veces vamos a contrarreloj, no tenemos tiempo para nada, ni para nosotros mismos.
Ya hablé un poco sobre esto en la última entrada, cuando os conté lo que era el batch cooking y su utilidad para rebajar este nivel de estrés en el día a día pero seguir comiendo de manera saludable.
Hoy la entrada también trata sobre el ritmo de vida. Pero, esta vez desde otro ángulo, hablaremos sobre el tiempo que dedicamos a comer y su repercusión en nuestra salud.

Motivos para comer con calma
No se si os habréis dado cuenta de que generalmente, [email protected] profesionales de la dietética y nutrición insistimos en que tardes al menos 20 minutos en tomar tus comidas.
Esto no es un capricho, tenemos varios motivos para hacer esta recomendación, ahora los veremos.
Últimamente bastante gente me está comentando que tiene malas digestiones, gases, etc. y suelen atribuirlo a algún alimento.
Y, aunque es muy posible que la causa sea algún tipo de intolerancia, también es más que probable que estos síntomas se deban al estrés diario, al ritmo de vida que llevamos y al tiempo que dedicamos a comer.
Motivos para tomarte tus comidas con calma:
- La señal de saciedad tarda al menos 20 minutos en llegar a tu cerebro. Por lo que si comes a toda prisa probablemente tu cerebro no se haya enterado de que ya has comido suficiente y acabarás ingiriendo más cantidad de la necesaria. Esto es especialmente importante en personas con problemas de ansiedad por la comida y en aquellas que están buscando perder peso o que intentan reeducar sus hábitos.
- Cuando comemos excesivamente rápido sin darnos cuenta también estamos tragando más aire con cada bocado. Esto puede provocar que tengas gases, distensión abdominal, malas sensaciones y las molestias que esto provoca. Mucha gente que come «al vuelo» luego refiere problemas digestivos y cree que son debidos a intolerancias, pero reeducando la forma de comer en ocasiones vemos que era simplemente un problema de no tomarse su tiempo comiendo.
Tómate al menos 20 minutos para comer. Notarás cómo mejoran tus digestiones, tienes menos molestias y controlas mejor las cantidades que ingieres. Además ese tiempo de desconexión te ayudará a rendir mejor el resto del día.
- Si comemos muy rápido lo más probable es que acabemos comiendo más de la cuenta. Seguimos sintiendo hambre porque no hemos dado tiempo al cerebro a que «mande la orden» de parar, como he comentado en el primer punto, y esto hace que luego nos sintamos pesados, hinchados, con dolor de «barriga» y muy malas sensaciones… Además esto puede favorecer que ganemos peso, ya que aunque siempre abogo por la importancia de la calidad de lo que comemos, lo cierto es que si «nos pasamos», por muy sana que sea nuestra comida, acabaremos ganando peso.
- Comer es un acto necesario y fisiológico, pero para no acabar desarrollando problemas con la comida, es necesario que también sea placentero y relajado. Además, no nos viene nada mal tomarnos un ratito para nosotros mismos en medio del día. Ese ratito de «mimos» hacia nosotros mismos hará que retomemos nuestra labor más motivados, con la mente fresca, y rindamos más. Así que esos 20 minutos (mínimo) que emplees para comer ¡desconecta del resto!