Como ya te conté ayer, la leche materna es un fluido vivo que se adapta a las necesidades del bebé.
La proporción de los componentes de la leche va cambiando con el tiempo, pero los componentes son los mismos, vamos a analizarlos;
Agua
Es el componente principal de la leche, que además de hidratar al bebé, le ayuda a regular su temperatura corporal.
Proteínas
Ayudan en el crecimiento del bebé y también a reforzar sus defensas.
Las proteínas de la leche materna además de cumplir su función como proteínas, también refuerzan el sistema inmune del bebé.
Esto es especialmente importante porque el bebé nace con unas defensas inmaduras, y al tomar leche materna éstas se refuerzan con anticuerpos que le van a proteger de los microorganismos del ambiente a los que se ve expuesto al nacer.
Hidratos de carbono
La función principal de los hidratos es aportar la energía suficiente para el crecimiento del bebé. Pero, además, también tienen una función reforzadora de las defensas.
Como ves, reforzar las defensas del bebé es muy importante en esta primera etapa, ya que nacemos inmaduros y muy expuestos al ambiente que nos rodea.
Grasas
La grasa es el componente de la leche que tiene más variabilidad, tanto a lo largo del día como de cada toma. Recuerda que la leche al principio de la toma es más líquida y tiene función hidratante y al final es más densa y tiene función más nutritiva.
Las grasas, son especialmente importantes, no solo como aporte energético, sino también para el desarrollo del sistema nervioso, la maduración cerebral y la agudeza visual.
Sales minerales
Las sales minerales que contiene la leche materna ayudan al bebé a controlar su temperatura corporal evitando, también, determinadas patologías.
La leche materna tiene una proporción de zinc, calcio, hierro, sodio y potasio que garantiza que el bebé controle su temperatura corporal a través del sudor y no desarrolle ciertas patologías y/o alteraciones.
Vitaminas
Existen 2 tipos de vitaminas, las que “viajan” disueltas en agua y las que lo hacen en la grasa.
Las vitaminas hidrosolubles, están siempre en proporciones más o menos estables y adecuadas en la leche, mientras que la proporción de las vitaminas liposolubles varía en función de la concentración de grasa que haya en la leche materna. Pero no te preocupes, como vengo diciendo, la leche materna es un fluido “vivo” que va cambiando en función de las necesidades del bebé, por lo que el peque va a estar siempre bien nutrido.